lunes, 12 de julio de 2010

motivos para ser un poco más feliz

Bueno...quién lo diría, pero me encuentro en un día como este escribiendo sobre algo que solo había vivido en mis sueños, y con lo que no contaba con poder vivir...pero este año también he tenido la fortuna de poder volver a ver triunfar al Atleti, así que una cosa tan grande como esta lo que demuestra es que los sueños ni mueren ni terminan, simplemente tardan en cumplirse, o se cumplen en momentos inesperados y quizá de una forma diferente a como los viviste...o como los interpretaste al despertar.

Porque una cosa es muy cierta, si bien es cierto que el partido lo viví como suelo vivirlos, la celebración fue mucho más sosegada de lo que imaginaba. Me planté en el centro por mi cuenta y riesgo seguro de encontrarme con amigos, cosa que así fue, y tanto ello como el baño de multitudes fue algo muy digno de vivir por parte de cualquiera independientemente de quién sea, y es algo que me lleva a reflexiones que están en mi cabeza practicamente desde que empezó el propio mundial, tengan o no que ver con el propio fútbol.

Durante todo este mes he visto con otros ojos cosas que siempre han estado ahí.Y son las diferencias que existen entre todos los españoles hasta para cosas tan estúpidas como los gustos.

La realidad de este país es que tiene bastantes problemas, y no solo hablo de la crisis que afecta a nivel mundial, sino también las diferencias que más nos separan a unos de otros.
Ayer cuando salí a celebrar el título como se merece, con la felicidad de alguien comprometido con una causa que por fin triunfa, tuve la mala suerte de encontrarme en un bar en el que escuché canciones y consignas más propias de historias rancias de un pasado al que no pertenecí porque ni había nacido, y lo peor es que quienes lo hacían eran hasta más jóvenes que yo mismo.

Esto ya se lo he contado a allegados, y coincido con ellos en que gilipollas hay en todas partes, pero la cuestión es que algo que hace años hubiera provocado por mi parte una mirada de profundo desprecio y rechazo, esta vez me produjo tristeza, porque supone caminar, aunque solo sea un miserable paso o dos, por uno de los caminos que nos separan. No puedo decir que me amargara la noche, pero si que es de las cosas que como poco te hacen suspirar dos segundos con resignación.

También me he encontrado con casos de personas que sin gustarles el fútbol se quejaban de la escandalera con total legitimidad, pero otra cosa es acusar a involucrados en la felicidad de poco solidarios con los problemas del país. No obstante, entiendo que el escándalo pueda crispar los ánimos, y al fin y al cabo, este post no busca separar más de lo que ya hay separado.

Porque también han pasado cosas muy chulas, pues incluso a última hora los que menos fé tenían o incluso a los que esto no les gustaba han sumado aliento, y al final se ha conseguido. incluso al regresar de la fiesta me encontré con el famoso beso de Iker a su chica tras todas las chorradas que habían tenido que aguantar...y cosas así son realmente grandes.

Los problemas del país no los va a arreglar ningún deporte, pero desde luego lo que no solo no los va a arreglar, sino que los empeorará, es ahondar en historias que lo único que van a conseguir es en empeorarlo y aumentar la crispación.

Hace no mucho, Savo Milosevic, delantero centro hace años de la selección de Serbia y jugador del Real Zaragoza y Osasuna entre otros, comentó que en su país muchas de las historias gordas también empezaron por tonterías. Por suerte, las historias de España no tienen demasiado que ver, pero reflexiones así son para tenerlas presentes.

Porque todos somos hijos de nuestros padres y nuestras madres, y sabemos, o eso creo yo, que cosas son las que sacan lo mejor de nosotros, y que cosas son las que sacan lo peor de nosotros, y la de hoy es una ocasión única, y espero que no la última, para que todos pensemos en ello. Hay un montón de problemas resolubles o no, y momentos de felicidad como este son una oportunidad de oro para o intentar solucionarlos o como poco no ahondar en heridas que no es que no lleven a ninguna parte, sino que lo único que hacen es legitimar peores respuestas y sacar lo peor de la gente.

En resumen, y no me enrollo más, pienso que en días como este las cosas son un poco más fáciles, simplemente porque o por nosotros, o porque seguro que tenemos a alguien más o menos cercano al que le guste, tenemos motivos para ser un poco más felices.

2 comentarios:

Alberto Zeal dijo...

Vaya, me esperaba un sesudo análisis de la final y el campeonato, y me encuentro con una entrada bastante distinta... Yo sólo te digo que subnormales los hay en todas partes, y de todos los colores, y no hay que dejar que sus gilipolleces nos fastidien una fiesta como la que hemos vivido estos dos últimos días.

Y no, el fútbol no arregla ningún problema, pero ha levantado la moral de un país que estaba muy desanimado por la crisis. Y eso quizá pueda contribuir a que levantemos el hocico, aunque sea un poquito.

¡CAMPEONES!

Elessar dijo...

El partido de ayer tenía serios problemas para plantear sesudos resúmenes, uno de ellos eran los propios nervios que llevaba encima, y otro la somanta palos que dieron los holandeses tratando de impedir de cualquier manera que España mostrase su juego.

De cualquier manera, supongo que mañana ya habré digerido del todo este empacho de sensaciones y podré hacer un análisis más tranquilo, especialmente en algo relacionado a lo mal que les va a los delanteros de la selección cuando juegan como únicos puntas en este esquema. Curiosamente, las veces que menos ha lucido Villa ha sido precisamente contra Suiza, Alemania y en la final, y ha coincidido con que jugó esos tres partidos solo arriba todos los minutos que disputó.