miércoles, 29 de diciembre de 2010

Balance 2010

A falta de dos horas para ponerme a una limpieza general, sin sueño, y a falta de dos días para que termine el año ni creo que pase algo extraordinario digno de mención (toco madera) ni creo que encuentre mejor momento para hablar de este 2010 a punto de concluir.

Han pasado tantas cosas que han dejado huella, muchas de ellas tan importantes, que si tuviera que definirlo en una palabra sería trascendental, hasta tal punto que puede que no sea consciente de la totalidad de su dimensión hasta que pase un año o dos.

El año comenzó algo difícil, sin demasiadas esperanzas o expectativas, pero ya en nochevieja tuve la suerte de reencontrarme con un viejo amigo de hace largos años, Salvador, cuya amistad había quedado en stand by años atrás por cuestiones de cabezonería comunes a ambos dos, así que estando en un momento algo delicado, descreído y falto de ilusiones, la cosa no empezaba nada mal.

De cualquier manera, por una serie de motivos que en este párrafo no vienen al caso, los primeros meses del año iban pasando muy lentos y la sensación que me invadía es que el año pasaría sin pena ni gloria. Tampoco iban demasiado bien las cosas a nivel estudiantil, y eso obviamente no ayudaba demasiado.

En San Patricio sucedió algo muy parecido a Nochevieja, que fue reencontrarme con Eli, cuya amistad también se había perdido años atrás por circunstancias diferentes a las de Salvador, y a fé mía que fue uno de los motivos que reactivó el año, pues me animé a hacer otras cosas poco después, como irme con un grupo muy majo que se formó en nochevieja a una escapada el puente de Semana Santa que me vino de fábula para desconectar de las mil historias que me calentaban la cabeza meses atrás. Delia puede dar fé de lo ilusionado que me tenía el asunto :)

Y el caso es que después de Semana Santa empezaron a suceder grandes gestas muy inesperadas...mi Atlético de Madrid, que tantos disgustos y sinsabores me ha dado en la vida, y tan pocas alegrías me dio la primera desde 1996. Empezó a llegar lejos en la Europa League y reactivó la ilusión de una afición descreída y castigada largos años desde el descenso a segunda, la intervención judicial y las mil tropelías de la directiva. Y mi peña Atlética fue recobrando también la ilusión, y yo percibía feliz que podía cumplirse uno de mis sueños. Siempre había deseado ver ganar un título europeo al Atleti, pero mi afición a este club empezó en 1992 y no tenía amistades con quien compartirla, y mi peña se abrió justo después del doblete. En ella hice muchos amigos con los que pasé malos ratos y sufrí mucho, especialmente en el descenso, y por fin parecía que podía celebrar algo con ellos.
El sueño se hizo realidad, y fue mejor aún que lo soñado, porque además de celebrarlo con la gente de allí, las llamadas a Selerkala, Finduriel y Silmaril, colchoneras de pro, endulzaron mucho más un sueño inolvidable. La única pena fue que poco después no se repitiera en Copa del Rey, pero el año nos tenía guardada otra sorpresa más a finales de agosto.

Mientras tanto, en julio tuve la suerte de acudir a otro aniversario del smial de Pelargir, smial que no sabe hasta que punto le estoy agradecido y lo importantes que son, pues gracias a ellos no he desconectado de algo que me gusta demasiado que conocí merced a algo que amé y sigo amando con obstinada tenacidad.
Gocé de su compañía, de su hospitalidad, de su alegría, de su maravillosa amistad y comprensión, pues han sabido estar justo donde debían en momentos muy difíciles. Dadas las circunstancias, es un mérito muy loable porque no es fácil de conseguir, lo digo con conocimiento de causa.

El verano continuó caluroso e insoportable como pocos (por mucho que me digan, este ha sido más caluroso que ninguno ¬¬ xD) y a finales de agosto tuve la suerte de repetir el sueño con el Atleti, con mi peña, con mis Seler, Findur y Silma, cuando el equipo conquistó la Supercopa de Europa ante el Inter de Milán cuando pocos apostaban por ello.

Ya en septiembre me volví a reencontrar con la cruda realidad estudiantil, pero heme aquí que también me encuentro con la sorpresa que me permitió tras una convocatoria extraordinaria que desconocía, la oportunidad de poner punto y final a una carrera que se había alargado demasiados años. Demasiadas dificultades, demasiados disgustos...pero al cabo la única responsabilidad fue mía al no verme con las fuerzas suficientes para superarlos...pero felizmente lo conseguí, y con ello quitarme toneladas de telarañas de encima y abrir unas puertas enormes llenas de tantas y abrumadoras posibilidades que aún ahora me tienen algo desconcertado, pero con las ideas bastante claras...porque como bien dijo Frodo en la lectura que semanas antes hice en la EC, No pueden vencer enternamente.

Y si, ese fue otro gran momento del año...la Estelcon de Edhellond, la oportunidad de reencontrarme con viejos amigos...tantos que o no me cabrían o me dejaría alguno y no me gustaría, y también de hacer nuevos...ha sido genial conocer por fin al resto del smial de Tol Eressea o la sorpresa de Varda tras el rol en vivo, anda que no me lo paso bien chinchando a cierta Sacovilla entrometida por msn :P

Y llegados a este punto, a diciembre, no puedo olvidarme de Bardo y Marta con el cumple tan chachi que me brindaron (los suyos tampoco lo fueron menos, y ver con Bardo Machete no tuvo precio xD) concluyendo así un año bastante dulce a decir verdad.

Pero también hubo cosas malas en el año, no las nombraré pues la mayoría sabe cuales fueron y la magnitud de lo que trajeron consigo. Pero incluso ahora mismo hasta cierto punto soy capaz de ver cuestiones positivas...no solo porque de todo se aprende. Un hecho reciente como la mala noticia del fallecimiento en accidente de tráfico de mi excompañera de colegio Maribel me produjo un inesperado cambio de chip. Hay pocas más dolorosas que la muerte de un ser querido, ni cosas que hagan cambiar tanto a las personas, o más exactamente, cambiar la vida de estas, como la muerte en si. La muerte de mi querido abuelo me llevó a refugiarme en un libro de un señor llamado John Ronald Reuel Tolkien, y los lectores de este blog aquí presentes saben lo que ha influido en mi vida. La pérdida de Maribel aunque dolorosa e inesperada no es comparable, pero se trata de dolores reales, sin solución, que curiosamente ayudan a enfocar otras cosas de una forma diferente.
Si además de ello, gozas de buenos amigos con los que conversar de las cosas buenas de la vida, y en ocasiones de las malas(como ayer, con una persona que sabe muy bien quién es y de qué estoy hablando ;) ) consigues además que esas cosas además de verlas de una forma diferente puedas al fin comprenderlas, y lo que supusiera en el pasado dos largos años de preguntas sin respuesta, o más concretamente, sin respuesta completa, te llevan de forma inesperada a la paz, a la comprensión, e incluso al perdón.Y a no necesitar encontrar más respuestas.
Habrá heridas que no se curen nunca, el olvido para muchos (personalmente creo que para nadie de este mundo) no existirá, pero llegados a este punto, si puedo hablar de comprensión y perdón creo que el paso es importante, especialmente en lo relativo a mirar hacia adelante.

Porque personalmente, independientemente de euforias (la vida actualmente no está para ellas) pienso que lo mejor está por llegar, hay proyectos reales y realistas en mente, hay personas importantes con las que compartir sueños (se me olvidaba mencionar a seis letras, que también ha vuelto a mi vida, aunque no de la forma que me gustaría, pero igualmente me hace feliz)hay ilusiones, y hay sueños, que me hacen pensar en el futuro con una amplia sonrisa.

Ahora por lo pronto, apenas queda una hora para una limpieza a fondo, ordenar ¡por fin! la estantería de libros y deshacerme de las cintas vhs que me ocupan un sitio inútil y colocar en él los dvds para que la librería sea por fin una librería decente y no un coso raro con delirios de grandeza de grandes almacenes.
Y a seguir cotilleando ( :P ) mientras lo ordeno todo la barriada de Huelin con una sonrisa mientras pienso en el futuro con ilusión, que al fin y al cabo es lo que importa.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Becquer

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la humana ciencia no descubra
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

martes, 21 de diciembre de 2010

Historia de un soldado

Esta es la historia de un soldado que fracasó en su misión.

Atrás quedan los años en los que junto con su compañía acometió no pocas empresas victoriosas, en las que vio y gozó de muchas cosas, en las que conoció otros lugares y personas, en los que compartió y vivió sueños que nacían y crecían durante la larga marcha.

Es la historia de un soldado que tras dos años de heridas mejor o peor curadas, no menores en cantidad que las de sus hermanos, que aunque les moleste o de igual para él siguen siéndolo, lo único que desea es pasar página y no desangrarse por ellas.

Es la historia de un soldado que jamás cuestionaría el valor, el esfuerzo y el sacrificio de sus hermanos cuando lo tuvieron, y que ha tenido, y a buen seguro tendrá más reyertas con el estado mayor toda vez que este cuestione la legitimidad, el esfuerzo y las formas de cualquiera de los componentes de la compañía por mucho que la misión fracasara.

Es la historia de un soldado, que merced a eso último, no tolerará acusaciones de haber puesto en tela de juicio dichos esfuerzos, aunque entienda perfectamente que todo ello sea fruto de su irredenta torpeza, su irredenta falta de diplomacia, y de mucha de las heridas de sus hermanos de las cuales él es responsable, y que reconoce que su mayor mérito, y al mismo tiempo maldición, es la de ser como poco tan obstinado como su todavía y por siempre admirado capitán.

Y esta es la historia de un soldado, que tras estos dos años de heridas tiene nuevos hermanos, con los que compartir misiones, con los que andar caminos, con los que compartir sueños.

Y por eso esta entrada está dedicada a todos los hermanos, los antigüos, para darles las gracias por el camino andado, y lo que le aportaron en él, y sobre todo a los nuevos. Porque este soldado quiere seguir viviendo, seguir entusiasmándose con la vida, llenarla de vivencias y de sueños, y dar las gracias a los que decidieron quedarse con él, sabiendo cómo es el soldado, en lo bueno y en lo malo, porque los nuevos hermanos saben muy bien lo que hay.

De parte de este soldado, gracias a TODOS los hermanos, los mejores deseos posibles para todos ellos, supongan nuevas aventuras o supongan separación, y que la futura sangre derramada sea por sueños vivos, no por sueños muertos.

Elessar Telcontar, que sigue siendo un soldado.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El Principito

CAPÍTULO XXI
Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...

- ¿Quién eres? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- ¡Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- ¿Qué significa "domesticar"?

- No eres de aquí – dijo el zorro –, ¿qué buscas?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – ¿Qué significa "domesticar"?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."

- ¿Crear lazos?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...

- ¡Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

- ¿En otro planeta?

- Sí.

- ¿Hay cazadores en aquel planeta?

- No.

- ¡Eso es interesante! ¿Y gallinas ?

- No.

- Nada es perfecto – suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá lejos, los campos de trigo? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Y eso es triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. ¡Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

El zorro se calló y miró largamente al principito:

- Por favor... ¡domestícame! – dijo.

- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!

- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.

- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.

- ¿Qué es un rito? – dijo el principito.

- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. ¡Entonces el jueves es un día maravilloso! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

- ¡Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.

- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.

- Claro – dijo el zorro.

- ¡Pero vas a llorar! – dijo el principito.

- Claro – dijo el zorro.

- ¡Entonces no ganas nada!

- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Luego agregó:

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.

El principito fue a ver nuevamente a las rosas:

- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.

Y las rosas estaban muy incómodas.

- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.

Y volvió con el zorro:

- Adiós – dijo...

- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.

- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.

- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

fin de etapa

Había prometido una entrada sobre el fin de mi carrera, y decidí darme un tiempo para paladear el momento y ser consciente de las dimensiones de todo esto.
Ha pasado una semana exacta desde entonces y lo que puedo decir es que con palabras no haría justicia a las sensaciones. Nunca he sido especialmente bueno en estas cosas, ni aún cuando lo he intentado en momentos que lo merecían. Así que dejaré que las imágenes, la literatura, la música y el cine expresen aquello que no puedo yo.



Entonces todos los Capitanes del Oeste prorrumpieron en gritos, porque en medio de tanta oscuridad una nueva esperanza henchía los corazones. Y desde las colinas sitiadas los Caballeros de Gondor, los Jinetes de Rohan, los Dúnedain del Norte, compañías compactas de valientes guerreros, se precipitaron sobre los adversarios vacilantes, abriéndose paso con el filo implacable de las lanzas. Pero Gandalf alzó los brazos y una vez más los exhortó con voz clara.
— ¡Deteneos, Hombres del Oeste! ¡Deteneos y esperad! Ha sonado la hora del destino.
Y aun mientras pronunciaba estas palabras, la tierra se estremeció bajo los pies de los hombres, una vasta oscuridad llameante invadió el cielo, y se elevó por encima de las Torres de la Puerta Negra, más alta que las montañas. Tembló y gimió la tierra. Las Torres de los Dientes se inclinaron, vacilaron un instante y se desmoronaron; en escombros se desplomó la poderosa muralla; la Puerta Negra saltó en ruinas, y desde muy lejos, ora apagado, ora creciente, trepando hasta las nubes, se oyó un tamborileo sordo y prolongado, un estruendo, los largos ecos de un redoble de destrucción y ruina.
—¡El reino de Sauron ha sucumbido! —dijo Gandalf—. El Portador del Anillo ha cumplido la Misión. —Y al volver la mirada hacia el sur, hacia el país de Mordor, los Capitanes creyeron ver, negra contra el palio de las nubes, una inmensa forma de sombra impenetrable, coronada de relámpagos, que invadía toda la bóveda del cielo; se desplegó gigantesca sobre el mundo, y tendió hacia ellos una gran mano amenazadora, terrible pero impotente: porque en el momento mismo en que empezaba a descender, un viento fuerte la arrastró y la disipó; y siguió un silencio profundo.














Cuando emprendas tu viaje hacia Itaca,
ruega que tu camino sea largo,
y rico en aventuras y experiencias.
Ni a Lestrigones, ni a Cíclopes,
ni a la cólera de Poseidón temas.
No verás tales seres en tu camino,
si tus pensamientos son altos,
si tu cuerpo y tu alma
no se dejan invadir por turbias emociones.
No encontrarás a Lestrigones
ni al Poseidón colérico
si no los llevas en ti mismo,
si no es tu espíritu quien los presenta.
Ruega que tu camino sea largo,
que innumerables sean las mañanas de verano
que (¡con cuánta delicia!)
llegues a puertos vistos por vez primera.
Haz escala en los emporios fenicios,
y adquiere bellas mercancías;
coral y nácar, ámbar y ébano,
y mil obsedentes perfumes.
Adquiere cuanto puedas de esos lujosos perfumes.
Visita numerosas ciudades egipcias,
e instrúyete ávidamente con sus sabios.
Ten siempre a Itaca presente en el espíritu.
Tu meta es llegar a ella,
pero no acortes tu viaje:
más vale que dure largos años
y que abordes al fin a tu isla
en los días de tu vejez,
rico de cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que Itaca te enriquezca.
Itaca te ha dado un deslumbrante viaje:
sin ella, el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres,
no hubo engaño.
Sabio como te has vuelto
con tantas experiencias,
comprenderás al fin
qué significan las Itacas.


Muchas gracias, de verdad, a los que habéis estado ahí, pues en cierto modo habéis contribuído a hacerlo posible.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Hasta siempre Maribel

Tenía pendiente una entrada bastante más féliz que esta, pero con la noticia que acabo de recibir puede esperar.

Una de mis amigas del colegio que tengo como contacto en facebook me acaba de decir que una compañera a la que queriamos mucho, Maribel Quero Cabello se mató hace dos semanas en accidente de tráfico junto con su marido.

La recuerdo con bastante cariño porque durante mis primeros años de colegio yo era bastante asocial, todo era saberme la lección todos los días y casi ser un repelente niño Vicente, pero ya en 7º y 8º aprendí aquello conocido como "vivir de las rentas" y convertirme en algo más humano y sociable, y tuve ocasión de compartir más cosas con un sector muy majo de la clase, en el que Maribel se integraba de vez en cuando, porque tenía el don de saber encajar en todas partes por muy diferentes que fueran, y es un don que he encontrado en pocas personas a lo largo de mi vida.
En definitiva, que sabía hacerse querer.

Los años han pasado y he perdido el contacto con la mayoría de mis excompañeros del colegio La latina, pero a algunos les conservo por fb y veo como les va la vida. Gracias a Rosana, me he enterado tarde, pero al menos me enteré, de que no voy a tener ocasión de despedirme de Maribel...así que aprovecho este espacio personal para este pequeño homenaje, no tan bueno como me gustaría, pero de obligado cumplimiento con seres que fueron queridos.

Hasta siempre Maribel.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Cuenta atrás

martes, 26 de octubre de 2010

Por ir actualizando...



Seguiremos informando ;-)

jueves, 2 de septiembre de 2010

última respuesta a Nani

Ithilien se disolvió por aclamación (en la que estuve presente) el 14 de marzo, reunión en la que tras darme las gracias (sin ironías) nos despedimos en condiciones en un gesto por tu parte que jamás olvidaré
Y de eso, hay testigos.

Nuestro siguiente encuentro fue en San Patricio, creí que podría liarse y finalmente no pasó nada. Y de eso, hay testigos.

El siguiente fue una infeliz casualidad de coincidir en un grupo de facebook en el que hiciste un jocoso comentario el 23 de marzo a las 18:33h sobre mi vida académica (sería curioso que tuvieses otro amigo con la misma carrera y los mismos años en ella (aunque eran 10, no once), muy curioso que precisamente tú hables de duración de carreras)
De este hecho no solo hay testigos que lo vieron, sino pruebas
http://www.facebook.com/group.php?gid=309187080545&ref=ts
Y no te molestes en borrarlo porque tengo bien guardada la captura.

Lo siguiente fue en el cumpleaños de un amigo común en el que tras una pifia suya salió mi nombre en una cuestión tuya que no es de mi incumbencia, y me acusaste de difundir esa cuestión cuando no es verdad.
Y de esa falta a la verdad, también hay testigos.

Dices que llevas más de un año sin pensar en mi, y tu misma reconoces que si que hay un poema que me dedicas...ya es demasiado en lo relativo a alguien con quien no tienes relación, aunque tengo motivos sobrados (que no pruebas) de que ha sido alguno más.

A nivel conductual, siempre te resultó divertido tirar puyas a examigos o gente que no te simpatiza, cosa de la que te jactabas, y cosa que sin gustarme tampoco te censuré. Otra cosa es que esa actitud la uses conmigo.
Y de esa divertida actitud hay fotologs que no mencionaré que son una excelente prueba.

Dicho esto...no tenemos relación, y en las actuales condiciones antes nos interesa arder en el infierno por muy separado.

A esto se ha llegado merced a un conflicto que no te dio la gana arreglar o terminar, o cuyas condiciones para hacerlo por tu parte o había que adivinarlas o suponían una bajada de pantalones.

Para termina, y lo bueno de esto es que internet está de testigo, no pienso volver a leer nada de ti y si lo hiciera y me jodiera será mi problema.

Pero ten presente que no estoy dispuesto a tolerar que por culpa de mentiras tuyas sobre mi y que me llegan (del mismo modo que te habrán llegado mis quejas, que siempre han sido, son y serán sobre las putadas que me hiciste) y que están destinadas a separarme de amigos comunes mejore tu imagen o tu posición.

Gana o pierde tu imagen o posición a través de tus méritos, que cuando los trabajas no son pocos, pero haz el maldito favor de poner fin a eso. Ha sido tu decisión volver a la STE y jamás deseé que te fueras. Pero esa decisión conlleva el riesgo de vernos en ocasiones nos guste o no.

Así pues, sea por educación, pragmatismo, pocas ganas de pasar malos ratos, o por el recuerdo de lo que hubo (lo mismo me da lo que elijas) te ruego que esas pocas ocasiones que acontezcan me ignores, no me digas nada, ni puyas, ni gaitas, porque del mismo modo que yo pongo por testigo a internet que no lo haré yo, ten por seguro que si lo haces responderé, y no con violencia, que nos conocemos.

No pienso renunciar a cosas buenas por tu culpa. Sigue tu también con tu vida, que de ella solo me interesa el pasado que me tocó vivir, del presente nada salvo que nos cruzemos y me vuelvas a joder.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Quiero

Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces sin asfixiarme.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten
Que las aceptes y no pretendas cambiarlas
Quiero que sepas...que hoy puedes contar conmigo...

Sin condiciones

"Cuentos para pensar" de Jorge Bucay

domingo, 29 de agosto de 2010

Despedida

En una tarde con un calor que no termina de irse como la de hoy me topé con la triste noticia de la muerte de un ser muy querido para mi, mi tía Vitorina.

Durante los quince años que viví en Marbella la única familia que conocí fueron mi abuelo y mi abuela, mi padre y mi madre, y los escasos recuerdos que tenía de las hermanas de mi padre, pero eso me pilló con apenas seis años.

Mi querido abuelo que en paz descanse decidió postponer un año su jubilación en espera de que yo terminase 8º de EGB para irme con ellos a mi actual residencia en Málaga, y ese año, ya sin compromisos laborales, decidió volver a Trefacio de Sanabria donde allí estaban dos de sus hermanas, Josefa y Vitorina y el resto de su familia de Zamora.

Decir que quedé prendado de ese lugar es tan tópico como cierto, pero conocer a mi tía fue una de las mejores experiencias de mi vida. Era una gran mujer muy cariñosa pero nada exenta de coraje de sacar adelante a sus hijos, sobrinos y nietos y estar día y noche cuidando de su hermana Josefa, que en paz descanse también pues hace unos pocos años que también murió, la cual estaba postrada en la cama por culpa de una trombosis.

Mi abuelo era una persona poco dada a esteriorizar sus sentimientos más allá de enfados cuando las cosas no funcionaban, pero en esos quince años solo le vi llorar dos veces, la primera fue cuando se confirmó que terminaba la EGB y podíamos venirnos a vivir definitivamente a Málaga, y la segunda cuando se reencontró con su hermana. Ambas fueron ese mismo año, casí diría que en el mismo mes, pero esas lágrimas me hicieron saber con absoluta certeza que me encontraba ante alguien excepcional pues tenía claro que la ternura no la ofrecía a cualquiera.

Así tuve ocasión de conocer a mi tía, de contarle mil cosas de nuestra estancia en Marbella, montones de anécdotas de entonces, y ella tampoco paraba de contarnos anécdotas de cuando los cuatro hermanos eran jóvenes (María vivía en Sevilla y había pocas noticias de ella) que me permitieron conocer facetas que desconocía de mi abuelo, y dado el carácter de mi tía que en muchas ocasiones tuvo que cuidarles a todos ello me explicó muchas cosas.

Fui a Trefacio dos años seguidos, pero poco después la salud de mi abuelo fue haciéndose más frágil lo cual le impedía hacer viajes largos, y tras su muerte tampoco teníamos medios para ello, ni tampoco salud mi abuela, pero conservamos contacto telefónico y postal, y siempre tuve la inquietud de volver, ni mucho menos la inquietud que tenía con reencontrarme con mi padre, pues no sabía qué me encontraría en ese caso...pero volver a Trefacio si ofrecía seguridad de saber con que encontrarte. Porque a día de hoy lo mejor de mis raíces lo tengo aquí en casa, que es mi abuela, y también en Trefacio.

Y anteayer mi tía nos dejó, y curiosamente esa noche estuve hablando con Finduriel, aparte de la victoria del Atleti, de lo que me hubiese gustado ir a la mereth Artúrica, que fue precisamente allí...y apenas tengo nada aparte de este lugar y de mi escasa retórica para hacerle el homenaje que merece.

Adiós tía Vitorina, ignoro si habrá más allá y de qué forma será, pero con que no tenga sufrimiento ya será mejor que esto. Y si desde allí nos ves quiero sepas que en lo concerniente a mi dejas mucho más que buenos recuerdos.

miércoles, 21 de julio de 2010

Snake Eater

Una de las historias más emotivas que recuerdo haber jugado



lunes, 12 de julio de 2010

motivos para ser un poco más feliz

Bueno...quién lo diría, pero me encuentro en un día como este escribiendo sobre algo que solo había vivido en mis sueños, y con lo que no contaba con poder vivir...pero este año también he tenido la fortuna de poder volver a ver triunfar al Atleti, así que una cosa tan grande como esta lo que demuestra es que los sueños ni mueren ni terminan, simplemente tardan en cumplirse, o se cumplen en momentos inesperados y quizá de una forma diferente a como los viviste...o como los interpretaste al despertar.

Porque una cosa es muy cierta, si bien es cierto que el partido lo viví como suelo vivirlos, la celebración fue mucho más sosegada de lo que imaginaba. Me planté en el centro por mi cuenta y riesgo seguro de encontrarme con amigos, cosa que así fue, y tanto ello como el baño de multitudes fue algo muy digno de vivir por parte de cualquiera independientemente de quién sea, y es algo que me lleva a reflexiones que están en mi cabeza practicamente desde que empezó el propio mundial, tengan o no que ver con el propio fútbol.

Durante todo este mes he visto con otros ojos cosas que siempre han estado ahí.Y son las diferencias que existen entre todos los españoles hasta para cosas tan estúpidas como los gustos.

La realidad de este país es que tiene bastantes problemas, y no solo hablo de la crisis que afecta a nivel mundial, sino también las diferencias que más nos separan a unos de otros.
Ayer cuando salí a celebrar el título como se merece, con la felicidad de alguien comprometido con una causa que por fin triunfa, tuve la mala suerte de encontrarme en un bar en el que escuché canciones y consignas más propias de historias rancias de un pasado al que no pertenecí porque ni había nacido, y lo peor es que quienes lo hacían eran hasta más jóvenes que yo mismo.

Esto ya se lo he contado a allegados, y coincido con ellos en que gilipollas hay en todas partes, pero la cuestión es que algo que hace años hubiera provocado por mi parte una mirada de profundo desprecio y rechazo, esta vez me produjo tristeza, porque supone caminar, aunque solo sea un miserable paso o dos, por uno de los caminos que nos separan. No puedo decir que me amargara la noche, pero si que es de las cosas que como poco te hacen suspirar dos segundos con resignación.

También me he encontrado con casos de personas que sin gustarles el fútbol se quejaban de la escandalera con total legitimidad, pero otra cosa es acusar a involucrados en la felicidad de poco solidarios con los problemas del país. No obstante, entiendo que el escándalo pueda crispar los ánimos, y al fin y al cabo, este post no busca separar más de lo que ya hay separado.

Porque también han pasado cosas muy chulas, pues incluso a última hora los que menos fé tenían o incluso a los que esto no les gustaba han sumado aliento, y al final se ha conseguido. incluso al regresar de la fiesta me encontré con el famoso beso de Iker a su chica tras todas las chorradas que habían tenido que aguantar...y cosas así son realmente grandes.

Los problemas del país no los va a arreglar ningún deporte, pero desde luego lo que no solo no los va a arreglar, sino que los empeorará, es ahondar en historias que lo único que van a conseguir es en empeorarlo y aumentar la crispación.

Hace no mucho, Savo Milosevic, delantero centro hace años de la selección de Serbia y jugador del Real Zaragoza y Osasuna entre otros, comentó que en su país muchas de las historias gordas también empezaron por tonterías. Por suerte, las historias de España no tienen demasiado que ver, pero reflexiones así son para tenerlas presentes.

Porque todos somos hijos de nuestros padres y nuestras madres, y sabemos, o eso creo yo, que cosas son las que sacan lo mejor de nosotros, y que cosas son las que sacan lo peor de nosotros, y la de hoy es una ocasión única, y espero que no la última, para que todos pensemos en ello. Hay un montón de problemas resolubles o no, y momentos de felicidad como este son una oportunidad de oro para o intentar solucionarlos o como poco no ahondar en heridas que no es que no lleven a ninguna parte, sino que lo único que hacen es legitimar peores respuestas y sacar lo peor de la gente.

En resumen, y no me enrollo más, pienso que en días como este las cosas son un poco más fáciles, simplemente porque o por nosotros, o porque seguro que tenemos a alguien más o menos cercano al que le guste, tenemos motivos para ser un poco más felices.

sábado, 10 de julio de 2010

Romance de la loba parda

Esta fue más facilita y me encantó ^^

Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada,
las cabrillas altas iban y la luna rebajada;
mal barruntan las ovejas, no paran en la majada.
Vide venir siete lobos por una oscura cañada.
Venían echando suertes cuál entrará a la majada;
le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda,
que tenía los colmillos como punta de navaja.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio, sacó la borrega blanca,
hija de la oveja churra, nieta de la orejisana,
la que tenían mis amos para el domingo de Pascua.
—¡Aquí, mis siete cachorros, aquí, perra trujillana,
aquí, perro el de los hierros, a correr la loba parda!
Si me cobráis la borrega, cenaréis leche y hogaza;
y si no me la cobráis, cenaréis de mi cayada.
Los perros tras de la loba las uñas se esmigajaban;
siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias.
Al subir un cotarrito la loba ya va cansada:
—Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba.
—No queremos la borrega, de tu boca alobadada,
que queremos tu pelleja pa' el pastor una zamarra;
el rabo para correas, para atacarse las bragas;
de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas;
las tripas para vihuelas para que bailen las damas.

La fabla del lugar

Diox, no costó trabajo ni nada aprenderse éste ^^U

Cuando yo güelva al pueblo y me diga
mi compadri Cerilo, el de Cleta:
-Pero escucha: ¿pues andi has estao
pa que asina vengas,
fechendosu como un pavo güero
que de puru fanfarria se encrespa?
Pus hombri, paeci
como si te hubieran
jechu juez de estrución de repenti
pa jacel fachenda.
-Pus de Cáceres vengo, compadri
¿Te jaci algu e mella
el pensal si yo tengu o no tengu
genti de la güena
pa si me ofreci
metel enfluencias?
Pues si estás rescocío por eso
dati con manteca,
porque naide te tieni la culpa
de que un naide seas,
que no sabis n'amás
que ajuntar una miaja las letras,
tratal con el burro,
dirte a la taberna
u charlal a bandujo de cosas
que no tienin cuenta.
-Homnbre, no te igo
que ande bien de letra,
porque es cosa que no me ha tirao
ni siquiá cuando anduvi a la escuela,
pero mira, tamién arrempujo
si se ofreci metel enfluencias,
porque el nuestro señol deputao
cuando vino a los votos, ¿te acuerdas?,
se jué de jocicus
a mi casa mesma,
y al marcharse me dijo: «Cerilo,
pide lo que quieras,
porque ya te he dicho
que a ti te se aprecia.»
-Calla, no me jablis
de las cosas esas,
que n'amás de oílas
no me jaci coción la merienda;
lo que tu deputao quería
era que metieras
dentro de la urnia
la su papeleta.
¡Vaya unos quereris
eus que me mientas!
Los quereris de adentro, compadri
son de otra manera...
y me obliga a decírtelo n'amás
que pa que lo sepas.
Cuando yo a la ciudá jui ahora
n'amás que quisiera
que hubieras golío
los convitis que me han jechu en ella,
n'más porque dicin
que sé algo de letra.
Unos señoronis
que jablaban más finus que perlas
se ajuntaron, asín que me vieron,
jablaron con priesa
y le andaban diciendo a los otros
en la calle mesma:
«¡Señoris, señoris,
a vel qué se piensa,
que ha venío p'acá de las Jurdis
un muchacho que sabi de letras,
que jaci aleluyas,
que jaci comedias,
que jaci unas coplas
jasta allí de güenas!»
«¡Pus a convialo!
Y que el hombri se jaga la cuenta
de que aquí solamente hay convitis
pa quien los merezca.»
¡Compadri, compadri!
N'amás que quisiera
que por un bujerinu bien chico
golíu lo hubieras.
¡Juy, Dios, qué salota!
¡Juy, chico, qué mesas!
¡Juy, Dios, qué comías!
¡Juy, qué güenas bebías aquellas!
¡Juy, qué cigarronis!
Los llamaban brevas
como aquí nombran tos a los jigos
más temprano que dan las jigueras.
¡Qué ricus, compadri!
¡Aquello es canela,
y no los pitillos
de las pitilleras,
que paeci que sabin a istierco
y a jiel de la tierra!
¡Y vengan cafesis,
y vengan botellas
que estrumpían lo mesmo que tirus
y jacía el licol al verterlas
un espumarajo
que cocía de puru la juerza!
Y luego, compadri,
¡qué lenguas aquellas
pa brindal y ponel pol las nubes
las cosas de letra!
Ya no pueo explical lo que dijon,
pero dijon tamién cosas güenas
de las coplas que jice hogañazo
pa imprentarlas en libro, ¿te acuerdas?
¡Compadri, qué gentis
tan finas aquellas,
qué gentis tan listas,
y tamién qué güenas!
Los quereris de aquellos señoris
son quereris de adentru, ¿te enteras?
Porque na te piden
ni na de ti esperan,
y n'amás te quierin
porque dicin que sabis de letra,
y como ellus son listos, les gusta
que la genti sea lista y espierta,
porque mira, pa brutos ya bastan
entri güeyis, guarrapos y bestias.
-¿Y tú qué decías
cuando vías aquellas finezas
que han jecho contigo
pol sabel de letra?
-Pus compadri, pal caso, ni chispa,
polque yo pa decil cosas güenas
paeci que me jacen
un ñúo en la lengua.
Pero mira, compadri, te digo
que si yo te viera
dil el río abaju
con la genti aquella
y a ti o a ellos n'amás
sacalsus pudiera,
te ajogas, compadri,
como rata vieja,
aunque mil gorgoritos jicieses
pa querel conserval la pelleja...
¡aunque en crus me pidiese socorro
la comadri Cleta!
¡Ya ves tú si vendré agraecío
de la gente aquella!
N'amás una espina
me escarabajea
pa en dentru, pa en dentru
de las entretelas:
no poeli habel dicho a la genti
con palabras bien finas y güenas:
«¡Señoronis, que yo no merezco
toas esas querencias!
¡Que Dios vos lo pagui
y que yo de verdá lo agraeza!»



Góngora

Otro poema que las tres hermanas nos hicieron aprender en el colegio La Latina en Marbella...sigo pensando que vi más calidad en el colegio que en el instituto. la próxima entrada será para un poema de pueblo :)

Con poca luz y menos disciplina
(al voto de un muy crítico y muy lego)
salió en Madrid la Soledad, y luego
a Palacio con lento pie camina.

Las puertas le cerró de la Latina
quien duerme en español y sueña en griego,
pedante golfo, que, de pasión ciego,
la suya reza, y calla la divina.

Del viento es el pendón pompa ligera;
no hay paso concedido a mayor gloria,
ni voz que no la acusen de extranjera.

Gastando, pues, en tanto la memoria
ajena envidia más que propia cera,
por el Carmen la lleva a la Victoria.

sábado, 3 de julio de 2010

Lorca

En mi primer intento de estudiar arte dramático hace ya tantos años allá por el 98 o el 99 (ya casi ni me acuerdo ^^U) este era uno de los dos monólogos. El de Julepe de "La rosa de papel" de Valle-Inclán me pareció demasiado tostón y hasta sórdido, pero este me resultó bastante fascinante :)

Luna:

Cisne redondo en el río,
ojo de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy; ¡no podrán escaparse!
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
por la maleza del valle?
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre.
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada
por paredes y cristales!
¡Abrid tejados y pechos
donde pueda calentarme!
¡Tengo frío! Mis cenizas
de soñolientos metales
buscan la cresta del fuego
por los montes y las calles.
Pero me lleva la nieve
sobre su espalda de jaspe,
y me anega, dura y fría,
el agua de los estanques.
Pues esta noche tendrán
mis mejillas roja sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¡No haya sombra ni emboscada.
que no puedan escaparse!
¡Que quiero entrar en un pecho
para poder calentarme!
¡Un corazón para mí!
¡Caliente!, que se derrame
por los montes de mi pecho;
dejadme entrar, ¡ay, dejadme! (A las ramas.)
No quiero sombras. Mis rayos
han de entrar en todas partes,
y haya en los troncos oscuros
un rumor de claridades,
para que esta noche tengan
mis mejillas dulce sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¿Quién se oculta? ¡Afuera digo!
¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante.

Federico García Lorca, Bodas de sangre

viernes, 2 de julio de 2010

más sobre la magia del cine



Que una película como Spiderman nos deje escenas como esta dice mucho sobre la magia del cine

Más poemas estudiados en mis tiempos mozos

En tanto que de rosa y azucena

Se muestre la color en vuestro gesto,

Y que vuestro mirar ardiente, honesto,

Encienda el corazón y lo refrena;

Y en tanto que el cabello, que en la vena

Del oro se escogió, con vuelo presto,

Por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

El viento mueve, esparce y desordena;

Coged de vuestra alegre primavera

El dulce fruto, antes que el tiempo aireado

Cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,

Todo mudará la edad ligera,

Por no hacer mudanza en su costumbre


Garcilaso de la Vega

martes, 29 de junio de 2010

Más sobre el Cid

Este poema lo tuve que memorizar en EGB, y me encanta.

—¡Rey don Sancho, rey don Sancho!, no digas que no te aviso,
que de dentro de Zamora un alevoso ha salido;
llámase Vellido Dolfos, hijo de Dolfos Vellido,
cuatro traiciones ha hecho, y con esta serán cinco.
Si gran traidor fue el padre, mayor traidor es el hijo.
Gritos dan en el real: —¡A don Sancho han mal herido!
Muerto le ha Vellido Dolfos, ¡gran traición ha cometido!
Desque le tuviera muerto, metiose por un postigo,
por las calle de Zamora va dando voces y gritos:
—Tiempo era, doña Urraca, de cumplir lo prometido.

domingo, 27 de junio de 2010

Personas queridas que merecen sentir el ardor del patriotismo

Hace bien poco ha sido el cumpleaños de una persona bien querida, que es mi abuela y siento que este es uno de estos años en los que aún estando contenta con lo recibido, no le he dado todo lo que le podía dar de mí.

No se trata de una lamentación por un nuevo frenazo en mis aspiraciones de acabar la carrera, al fin y al cabo, aún siendo un tema que desespera por desgracia a más de los debidos, mi día a día es algo más que eso.

Y durante los dos últimos años llevo sintiendo que las circunstancias me han impedido ser yo mismo, por un poder que yo mismo les he otorgado, sea por no encontrarme con fuerzas, sea por no saber navegar hacia aguas más tranquilas o sea por preocuparme por cosas que pueden llegar a suceder (o no) y temer no resistir poco después de los golpes que realmente han llegado...y al fin y al cabo aquí estoy, y todavía puedo hasta presumir que no me han salido canas...o si han salido no las veo.

Es por ello que a nadie mejor que a ella le puedo dedicar una entrada como esta, porque al fin y al cabo durante demasiados años ha sido la que me ha sostenido. Quizá no sea el pilar más apropiado, ni sepa como distribuir ya sus menguadas fuerzas, pero es evidente que a estas alturas ha pagado ya con creces todo lo que me pudiera deber como pariente, como abuela, como madre...si es que alguna vez me debió algo.

Y por ello quiero dedicarle algo muy personal, una parte de mi que sin ser perfecta ha hecho pasar algún que otro rato agradable a otros seres también muy queridos, porque aunque la conoce perfectamente nunca ha estado enfocada a algo que compartiésemos.

Así que por ello, desde aquí te dedico parte de este poema sobre un personaje de tu tierra, Burgos, cuyo acento de allí no has perdido tras los más de 30 años aquí vividos, personaje del que tenemos dos figuras aquí en casa, y personaje que me fascina por lo que es y porque lo vives de una forma muy parecida a la que yo vivo otras tantas cosas que por más que intentas comprenderlas, te seguirá costando trabajo.

Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos;

sesenta pendones le acompañan.

Hombres y mujeres salen a verlo,

los burgaleses y burgalesas se asoman a las ventanas:

todos afligidos y llorosos.

De todas las bocas sale el mismo lamento:

¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor!


jueves, 24 de junio de 2010

Reflexión

Hoy seré breve, y tomo prestada esta cita de mi compadre y tocayo Thorongil de un libro que supongo caerá en breve en mis manos.

"...al fin y al cabo, las virtudes 'menores' son las únicas que importan. Se puede confiar más en la cortesía que en virtudes lacrimosas como la compasión, o de sentido cambiante como la caridad y la sinceridad; el juego limpio es más importante que la noción de justicia. Las virtudes 'mayores' muestran tendencia a desintegrarse bajo las presiones. Pero las buenas maneras son buenas maneras, y siguen inmutables en la tempestad de las circunstancias."

Trevanian. Shibumi



Da mucho que pensar, la verdad

miércoles, 23 de junio de 2010

Casablanca



Bueno, pues tras el pique por msn con Alberto para comentar la peli voy a ver que me sale por aquí ^^U

La verdad es que el primer contacto que tuve con esta peli siendo yo peque era en las épocas en las que solo existían la primera y la 2, y parecía también que las únicas películas que existían eran esta, o lo que el viento se llevó, Ben Hur, El Cid, etc, pelis que para la edad que tenía no supe apreciar como lo hago ahora.

Y curiosamente con esta no volví a tener contacto hasta hace dos o tres años cuando el Tindo me dijo "conociéndote, te va a flipar" y se ve que acertó de pleno.

Es una historia en la que guión, marco y personajes no podrían vivir los unos sin los otros. La maestría de cada plano en los actores principales y secundarios es tan sublime que es imposible no compartir con ellos las tragedias personales que tienen durante todo el metraje de la peli.

Desde un roto Rick acorazado en una máscara de actitud hosca y descreída a una Ilsa relativamente feliz en una edulcorada mentira, pasando por un Victor Laszlo que de no ser por su debilidad por ella bien podría ser un terrorista cualquiera con la que todo dios comulga en vez del héroe que demuestra ser, y llegando al contrapunto del gendarme Renault bastante más bueno de lo que sus actos demuestran.

Y es que la verdadera cara de todos los personajes en la más que mítica escena de la Marsellesa en la que todos se muestran tal como son, incluida Ivonne que por despecho coquetea con un nazi y acaba cantando la canción con tanto ardor o más que los presentes acobardando a los alemanes que no se esperaban algo así.

Y la historia de amor es demasiado grande, pero también demasiado trágica. Ingrid Bergman y Humphrey Bogart renuncian al sueño de su amor por el bien de no quebrar el sueño de una causa mayor demasiado importante en esos tiempos que corrían, algo francamente admirable, pero también francamente duro y trágico.

Poco más puedo decir, salvo que gracias a películas como esta el cine es grande, y con mayúsculas.

sábado, 19 de junio de 2010

Valores demasiado bonitos y demasiado importantes




Hace no mucho subí en mi facebook un vídeo sobre una peli que en su día no me gustó en exceso, que es Troya. Pero aún así de ella rescato una excelente conversación Peter O Toole y Bradd Pitt mantienen en sus papeles de Príamo y Aquiles.
No pude encontrar el video en castellano, y encima el vídeo que subí al facebook ha sufrido la "inserción desactivada por solicitud", con lo cual, tirando un poco de memoria y lo que he podido traducir y encontrar por ahí en internet os la rescato por aqui.


A: ¿Quien eres tu?
P: He soportado lo que nadie habia soportado en la tierra. He besado la mano del hombre que mató a mi hijo.
A: ¿Priamo?¿Como llegaste aquí?
P: Conozco mi pais mejor que los griegos, creo.
A: Eres valiente. Podría tener tu cabeza en una pica.
P: ¿De verdad crees que la muerte me espanta ahora?Vi a mi hijo mayor morir, te vi arrastrar su cadaver detrás de tu carro. Devuélvemelo. Él se merece el honor de un entierro apropiado, tú lo sabes. Dámelo.
A: Mató a mi primo.
p: El creia que eras tú. ¿Cuantos primos has matado tu?¿Cuantos hijos, maridos, padres y hermanos?¿Cuantos, bravo Aquiles?Yo conocí a tu padre.Murió antes de tiempo. Pero tuvo la suerte de no vivir lo suficiente para ver caer a su hijo. Tú me lo has quitado todo. Mi hijo mayor (se sienta al lado), el heredero de mi trono, el defensor de mi reino. No puedo cambiar lo que pasó, es la voluntad de los dioses. Pero hazme esta pequeña caridad. Yo amé a mi hijo desde el momento en que abrió los ojos hasta el momento en que tu se lo cerraste. Déjame lavar su cuerpo. Déjame decir los rezos. Déjame poner dos monedas sobre sus ojos para el barquero.
A: Si te permito salir de aqui, si dejo que te lo lleves eso no cambia nada, seguirás siendo mi enemigo enla mañana.
P: Tú sigues siendo mi enemigo esta noche. Pero hasta los enemigos pueden mostrar respeto.
A: (se levanta, se apoya contra un palo)Admiro tu coraje.


¿Que pretendo con esta entrada? Pues poca cosa, de hecho, prácticamente nada, aparte de decir que comulgo profundamente con esos valores. Hoy por hoy creo, o quiero creer que no tengo enemigos en ninguna parte, y aunque así fuera en el peor de los casos, creo profundamente en las cosas de las que hablan tanto el bravo Aquiles como el valiente Príamo.
Se que es posible que alguno me comente que esa conver venga en la Ilíada muy mejorada, cosa que ignoro y que agradeceré saber si es así. Pero esta entrada va por muy diferentes motivos.
Gracias por leerlo, supongo que alguno entenderéis de que hablo...de lo contrario ya lo comentaré en privado.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Poca inspiración a estas horas




Desde una final de copa en 1992 en el Bernabeu eres una de las cosas a las que más tiempo he dedicado desde entonces. De nada sirve que apele a la legión de seguidores que te respaldarán en Hamburgo, o a los buenos sentimientos de todos ellos, y de todos los amigos que comparten conmigo esta afición que tantas veces me ha matado y dado la vida al mismo tiempo.
Y de nada sirve tampoco que antes, durante y después del partido me acuerde de tantos seres queridos, especialmente mi abuelo, que no hizo ruido alguno y que tan discretamente llevaba su afición por ti cuando en esos tiempos apenas televisaban al Madrid y al Barça, y el me hablaba de jugadores, no de equipos, pero curiosamente solo se cabreaba contigo cuando la cagabas, o esbozaba una leve sonrisa cuando triunfabas.

Todo eso como digo, no sirve de nada. Lo único que importa es que mañana a estas horas estaré digiriendo una nueva derrota, o en una maravillosa nube celebrando una victoria en excelente compañía, cercana, los de mi peña, y lejana, aquellos que me llamen y a los que yo llame en pleno éxtasis etílico y eufórico.

Y como siempre tendré miedo al sufrimiento al que tan acostumbrados nos tienes...pero como siempre, y máxime a esta edad que tengo dificilmente va a cambiar mi cabezonería, y pase lo que pase apechugaré con lo que toque y jamás te perderé de vista.

viernes, 23 de abril de 2010

Por San Jorge te regalo...

Bueno, casi iba a imitar la entrada de Alberto, pero dado que o no he leido libros suficientes como para asociarlos con todas las personas a las que quiero incluir aquí, creo que me resultará más fácil dedicar el fragmento de alguno a cada persona.
Y como da la casualidad de que a todos en mayor o menor medida nos gusta Tolkien, pues veo interesante asociaros con algún pasaje de El Señor de los Anillos, El Hobbit o el Silmarillion. No se si acertaré o no, pero como poco, es lo que cada uno me inspira :)

Para Alberto


Hablaron de muchas cosas, viejas y nuevas y Frodo interrogó repetidamente a Gildor acerca de lo que ocurría en el ancho mundo, fuera de la Comarca. Las noticias eran en su mayoría tristes y ominosas: las tinieblas crecientes, las guerras de los hombres y la huida de los elfos. Al fin Frodo hizo la pregunta que más le tocaba el corazón:
-Dime, Gildor, ¿has visto a Bilbo después que se fue?
Gildor sonrió. -Sí -dijo-, dos veces. Se despidió de nosotros en este mismo sitio. Pero lo vi otra vez, lejos de aquí.
Gildor no quiso decir nada más acerca de Bilbo, y Frodo calló.
-No preguntas ni dices mucho de lo que a ti concierne, Frodo -dijo Gildor-. Pero sé ya un poco y puedo leer más en tu cara y en el pensamiento que dicta tus preguntas. Dejas la Comarca y todavía no sabes si encontrarás lo que buscas, si cumplirás tu cometido, o si un día volverás. ¿No es así?
-Así es -dijo Frodo-; pero pensaba que mi partida era un secreto que sólo Gandalf y mi fiel Sam conocían. -Miró a Sam que roncaba apaciblemente.
-En lo que toca a nosotros, el secreto no llegará al enemigo -dijo Gildor.
-¿El enemigo? -dijo Frodo-. ¿Entonces sabes por qué dejo la Comarca?
-No sé por qué te persigue el enemigo -respondió Gildor-, pero veo que es así... aunque me parezca muy extraño. Y te prevengo que el peligro está ahora delante y detrás de ti, y a cada lado.
-¿Te refieres a los Jinetes? Temí que fueran sirvientes del enemigo. ¿Quiénes son los Jinetes Negros?
-¿Gandalf no te ha dicho nada?
-Nada sobre tales criaturas.
-Entonces creo que no soy quien deba decirte más, pues el temor podría impedir tu viaje. Porque creo que has partido justo a tiempo, si todavía hay tiempo. Ahora tienes que apresurarte, no demorarte ni volver atrás, pues ya no hay protección para ti en la Comarca.


Para Arwen, porque el arte de Bilbo aquí me recuerda mucho a ti :)

Frodo los esperaba en la escalera, sonriendo, aunque con aire fatigado y preocupado. Saludó a todos, pero no les pudo dar más explicaciones que en la víspera. Respondía a todas las preguntas del mismo modo:
-El señor Bilbo Bolsón se ha ido; creo que para siempre.
Invitó a algunos de los visitantes a entrar en la casa, pues Bilbo había dejado «mensajes» para ellos.
Dentro del vestíbulo había apilada una gran cantidad de paquetes, bultos y mueblecitos. Cada uno de ellos tenía una etiqueta. Había varias de este tipo:
Para Adelardo Tuk, de veras para él, estaba escrito sobre una sombrilla. Adelardo se había llevado muchos paquetes sin etiqueta.
Para Dora Bolsón, en recuerdo de una larga correspondencia, con el cariño de Bilbo, en una gran canasta de papeles. Dora era la hermana de Drogo y la sobreviviente más anciana, emparentado con Bilbo y Frodo; tenía noventa y nueve años y había escrito resmas de buenos consejos durante más de medio siglo.
Para Milo Madriguera, deseando que le sea útil, de B. B., en una pluma de oro y una botella de tinta. Milo nunca contestaba las cartas.
Para uso de Angélica, del tío Bilbo, en un espejo convexo y redondo. Era una joven Bolsón que evidentemente se creía bonita.
Para la colección de Hugo Ciñatiesa, de un contribuyente, en una biblioteca (vacía). Hugo solía pedir libros prestados y la mayoría de las veces no los devolvía.
Para Lobelia Sacovilla-Bolsón, como regalo, en una caja de cucharas de plata. Bilbo creía que Lobelia se había apoderado de una buena cantidad de las cucharas de Bilbo mientras él estaba ausente, en el viaje anterior. Lobelia lo sabía muy bien. Entendió en seguida la ironía, pero aceptó las cucharas.



Para Bardo, por motivos obvios ;)

Ahora Bardo tiraba con un gran arco de tejo, hasta que sólo le quedó una flecha. Las llamas se le acercaban. Los compañeros lo abandonaban. Preparó el arco por última vez.
De repente, de la oscuridad, algo revoloteó hasta su hombro. Bardo se sobresaltó, pero era sólo un viejo zorzal. Se le posó impertérrito junto a la oreja y le comunicó las nuevas. Maravillado, Bardo se dio cuenta de que entendía la lengua del zorzal, pues era de la raza de Valle.
¡Espera! ¡Espera! le dijo el pájaro. La luna está asomando.
¡Busca el hueco del pecho izquierdo cuando vuele, y si vuela por encima de ti! Y mientras Bardo se detenía asombrado, le habló de lo que ocurría en la Montaña y de lo que había oído.
Entonces Bardo llevó la cuerda del arco hasta la oreja. El dragón regresaba volando en círculos bajos, y mientras iba acercándose, la luna se elevó sobre la orilla este y le plateó las grandes alas.
¡Flecha! dijo el arquero. ¡Flecha negra! Te he reservado hasta el final. Nunca me fallaste y siempre te recobré. Te recibí de mi padre y él de otros hace tiempo. Si alguna vez saliste de la fragua del verdadero Rey bajo la Montaña, ¡ve y vuela bien ahora!
El dragón descendió de nuevo, más bajo que nunca, y cuando volvió y se precipitaba sobre Bardo, el vientre blanco resplandeció, con fuegos chispeantes de gemas a la luz de la luna. Pero no en un punto. El gran arco chasqueó. La flecha negra voló directa desde la cuerda, directa al hueco del pecho izquierdo, donde nacía la paca delantera extendida ahora. En ese hueco se hundió la flecha, y allí desapareció, punta, astil y pluma, tan fiero había sido el tiro. Con un chillido que ensordeció a hombres, derribó árboles y desmenuzó piedras, Smaug saltó disparado en el aire, y se precipitó a tierra desde las alturas.
Cayó estrellándose en medio de la ciudad. Los últimos movimientos de agonía lo redujeron a chispas y resplandores. El lago rugió. Un vapor inmenso se elevó, blanco en la repentina oscuridad bajo la luna. Hubo un siseo y un borboteante remolino, y luego silencio. Y ese fue el fin de Smaug y de Esgaroth, pero no de Bardo.



Para Marta, siempre te asocié con este pasaje, no se por qué, y ultimamente cada vez más.

Impedidos por los pantanos que se extendían al pie de las colinas, los orcos se detuvieron y dispararon una lluvia de flechas sobre los defensores. Pero entre los orcos, a grandes trancos, rugiendo como bestias, llegó entonces una gran compañía de trolls de las montañas de Gorgoroth. Más altos y más corpulentos que los hombres, no llevaban otra vestimenta que una malla ceñida de escamas córneas, o quizás esto fuera la repulsiva piel natural de las criaturas; blandían escudos enormes, redondos y negros, y las manos nudosas empuñaban martillos pesados. Saltaron a los pantanos sin arredrarse y los vadearon, aullando y mugiendo mientras se acercaban. Como una tempestad se abalanzaron sobre los hombres de Gondor, golpeando cabezas y yelmos, brazos y escudos, como herreros que martillaran un hierro doblado al rojo. Junto a Pippin, Beregond los miraba aturdido y estupefacto, y cayó bajo los golpes; y el gran jefe de los trolls que lo había derribado se inclinó sobre él, extendiendo una garra ávida; pues esas criaturas horrendas tenían la costumbre de morder en el cuello a los vencidos.
Entonces Pippin lanzó una estocada hacia arriba, y la hoja del Oesternesse atravesó la membrana coriácea y penetró en los órganos; y la sangre negra manó a borbotones. El troll se tambaleó, y se desplomó como una roca despeñada, sepultando a los que estaban abajo. Una negrura y un hedor y un dolor opresivo asaltaron a Pippin, y la mente se le hundió en las tinieblas.
«Bueno, esto termina como yo esperaba», oyó que decía el pensamiento ya a punto de extinguirse; y hasta le pareció que se reía un poco antes de hundirse en la nada, como si le alegrase liberarse por fin de tantas dudas y preocupaciones y miedos. Y aún mientras se alejaba volando hacia el olvido, oyó voces, gritos, que parecían venir de un mundo olvidado y remoto.
— ¡Llegan las Águilas! ¡Llegan las Águilas!
El pensamiento de Pippin flotó un instante todavía.
—¡Bilbo! —dijo—. ¡Pero no! Eso ocurría en la historia de él, hace mucho, mucho tiempo. Esta es mi historia, y ya se acaba. ¡Adiós! —Y el pensamiento del hobbit huyó a lo lejos, y sus ojos ya no vieron más.




Para Eleder, con cariño :P

Habían servido la comida de la noche a los prisioneros. Los guardias se alejaron con pasos pesados bajando los pasadizos, llevando la luz de las antorchas con ellos y dejando todo a oscuras. Entonces Bilbo oyó la voz del mayordomo del rey que daba las buenas noches al jefe de los guardias.
Ahora ven conmigo dijo, y prueba el nuevo vino que acaba de llegar Estaré trabajando duro esta noche, limpiando las bodegas de barriles vacíos, de modo que tomemos primero un trago, para que me ayude a trabajar.
Muy bien rió el jefe de los guardias Lo probaré contigo, y veré si es digno de la mesa del rey. ¡Hay un banquete esta noche y no habría que mandar nada malo!
Cuando Bilbo oyó esto, se excitó sobremanera, pues entendió que la suerte lo acompañaba, y que pronto tendría ocasión de intentar aquel plan desesperado. Siguió a los dos elfos, hasta que entraron en una pequeña bodega y se sentaron a una mesa en la que había dos jarros grandes. Los elfos empezaron a beber y a reír alegremente. Una suerte desusada acompañó entonces a Bilbo. Tiene que ser un vino muy poderoso el que ponga somnoliento a un elfo del bosque; pero este vino, parecía, era la embriagadora cosecha de los gran des jardines de Dorwinion, no destinado a soldados o sirvientes, sino sólo a los banquetes del rey, y para ser servido en cuencos más pequeños, no en los grandes jarros del mayordomo.
Muy pronto el guardia jefe inclinó la cabeza; luego la apoyó sobre la mesa y se quedó profundamente dormido. El mayordomo continuó riendo y charlando consigo mismo durante un rato, distraído al parecer, pero luego él también inclinó la cabeza, y cayó dormido y roncando al lado del guardia. El hobbit se escurrió entonces en la bodega, y un momento después el guardia jefe ya no tenía las llaves, mientras Bilbo trotaba tan rápido como le era posible, a lo largo de los pasadizos, hacia las celdas. El manojo de llaves le parecía muy pesado, y a veces se le encogía el corazón, a pesar del anillo, pues no podía evitar que las llaves tintineasen de cuando en cuando, estremeciéndolo de pies a cabeza.


Para Naug, para mi que le molará por muchos motivos xD

Larga fue la tarea; y Thingol bajaba solo a las profundas herrerías y se sentaba entre ellos mientras trabajaban. Con el tiempo el deseo de Thingol quedó cumplido, y las obras más grandes de los Elfos y los Enanos se unieron y se hicieron una; y era de una extremada belleza; porque ahora las incontables joyas del Nauglamír reflejaban y expandían alrededor con maravillosos matices la luz del Silmaril. Entonces Thingol, solo entre ellos, hizo ademán de levantarlo y de ponérselo al cuello; pero en ese momento los Enanos lo retuvieron y exigieron que se los cediera preguntando: —¿Con qué derecho reclama el rey Elfo el Nauglamír, hecho por nuestros padres para Finrod Felagund, que ya ha muerto? Sólo lo tiene de manos de Húrin, el Hombre de Dorlómin, que lo tomó como un ladrón de la oscuridad de Nargothrond— Pero Thingol leyó en los corazones de los Enanos y vio que el deseo del Silmaril no era sino un pretexto y un manto bordado que ocultaba otras intenciones; e iracundo y orgulloso no hizo caso del peligro en que se encontraba, y les habló con desprecio diciendo: —¿Cómo os atrevéis, torpe raza, a exigir nada de mí, Elu Thingol, Señor de Beleriand, cuya vida empezó junto a las aguas de Cuiviénen incontables años antes que despertaran los padres del pueblo reducido?— E irguiéndose alto y orgulloso entre ellos les ordenó con palabras humillantes que abandonaran Doriath sin ser recompensados.
Entonces la codicia de los Enanos se convirtió en rabia por las palabras del rey; y lo rodearon, y le pusieron las manos encima, y lo mataron. De este modo Elwë Singollo, el Rey de Doriath, el único de los Hijos de Ilúvatar que desposara a una de las Ainur, y el único de los Elfos Abandonados que había visto la luz de los Árboles de Valinor, murió en las profundidades de Menegroth, con una última mirada posada en el Silmaril.



Para Delia, por cosas ya habladas

Cuando trescientos años y aún más hubieron transcurrido desde la llegada de los Noldor a Beleriand, en los días de la Larga Paz, Finrod Felagund, señor de Nargothrond, viajó al este del Sirion y fue de caza con Maglor y Maedhros, hijos de Fëanor. Pero se fatigó de la caza y se encaminó solo a las montañas de Ered Lindon, que vio resplandecer a lo lejos, y tomando el Camino de los Enanos, cruzó el Gelion por el vado de Sarn Athrad, se volvió hacia el sur por encima de las corrientes superiores del Asear, y llegó al norte de Ossiriand.
En un valle al pie de las montañas, bajo las fuentes del Tríalos, vio luces en la noche, y oyó a la distancia el sonido de una canción. Esto le sorprendió, pues los Elfos Verdes de esa tierra no hacían fogatas ni cantaban en la oscuridad. En un principio temió que una incursión de Orcos hubiera llegado desde el norte, pero al acercarse vio que no era así; porque aquellas gentes cantaban en una lengua que nunca había escuchado antes y no era la de los Enanos ni la de los Orcos. Entonces Felagund, silencioso en la sombra nocturna de la floresta, miró hacia abajo donde estaba el campamento y vio un pueblo extraño.
Ahora bien, era éste parte del linaje y de los seguidores de Bëor el Viejo, como se lo llamó después, un cacique de Hombres. Al cabo de muchas vidas de errar desde el Este, los había conducido por fin por sobre las Montañas Azules, los primeros de la raza de los Hombres en penetrar en Beleriand; y cantaban porque estaban alegres y creían haber escapado a todos los peligros y llegado a una tierra donde no había por qué tener miedo.
Durante mucho tiempo los observó Felagund, y un amor por ellos se le encendió en el corazón; pero permaneció oculto entre los árboles hasta que todos se quedaron dormidos. Entonces fue entre ellos y se sentó junto al fuego mortecino donde nadie vigilaba; y tomó un arpa rústica que Bëor había dejado a un lado, y tocó en ella una música tal como nunca la habían escuchado los oídos de los Hombres; porque en este arte no habían tenido hasta entonces maestros, salvo sólo los Elfos Oscuros en las tierras salvajes.
Entonces los Hombres despertaron y escucharon a Felagund que tocaba el arpa y cantaba, y cada cual creyó que estaba en un hermoso sueño, hasta que vio que los demás estaban también despiertos junto a Felagund; pero no hablaron ni se movieron mientras él siguió tocando, a causa de la belleza de la música y la maravilla de la canción. Había sabiduría en las palabras del Rey Elfo, y los corazones que lo escuchaban se volvían a su vez más sabios; porque las cosas que cantaba, la hechura de Arda y la beatitud de Aman más allá del mar, aparecían como claras visiones delante de los ojos de los Hombres, y cada uno de ellos interpretaba el lenguaje élfico de acuerdo con su propia medida.
Así fue que los Hombres llamaron al Rey Felagund, el primero que conocieron de todos los Eldar, Nóm, esto es, Sabiduría en la lengua de ese pueblo, y a las gentes del rey les dieron el nombre de Nómin, los Sabios. En verdad, creyeron en un principio que Felagund era uno de los Valar, de quienes habían oído decir que vivían lejos en el Occidente; y que esto (decían algunos) era la causa de que hicieran tantos viajes. Pero Felagund se quedó a vivir con los Hombres y les enseñó verdaderos conocimientos, y ellos lo amaron, y lo tomaron por señor, y fueron siempre fieles a la casa de Finarfin.


Para el Tindo...

"Así llegó el tiempo de la Guerra del Anillo, y los hijos de
Denethor se hicieron hombres. Boromir, el mayor en cinco años,
era el preferido del padre y semejante a él en facciones y
orgullo, pero no en mucho más. Parecía un hombre de la especie
del Rey Eärnur de antaño, pues no tornaba esposa y sólo las
armas lo deleitaban; audaz y fuerte, no le interesaba el
conocimiento, salvo el de las historias de las batallas
antiguas. Faramir, el más joven, era como él en aspecto, pero
distinto de mente. Leía en el corazón de los hombres con tanta
penetración como su padre, y lo que en ellos leía lo movía a la
piedad antes que al desprecio. Era de porte gentil, y un amante
de la ciencia y de la música, por lo que muchos en aquellos días
juzgaban su coraje menor que el de su hermano. Pero no era así,
salvo en que no buscaba la gloria en el peligro sin propósito.
Recibía complacido a Gandalf cuando éste visitaba la Ciudad, y
aprendía de él lo que podía; y en esto, como en muchos otros
asuntos, desagradaba a su padre.
"No obstante, un gran amor unía a los hermanos, y los había
unido desde la infancia, cuando Boromir era el auxilio y el
protector de Faramir. No había habido desde entonces celos ni
rivalidad entre ellos, ni por el favor del padre, ni por la
alabanza de los hombres. No le parecía a Faramir que nadie en
Gondor pudiera convertirse en rival de Boromir, heredero de
Denethor, Capitán de la Torre Blanca; e igual pensaba Boromir.


Para Seler, porque ultimamente me acuerdo mucho de ti al leer el texto de este fragmento.

-Triste para mí, Andreth -dijo- es el paso fugaz de tu gente. Pues ahora Boron, el padre de tu padre, se ha ido; y aunque era anciano, decís, para la edad de los Hombres, aún así le conocí demasiado brevemente. Poco tiempo en verdad me parece que ha pasado desde que vi por primera vez a Bëor al este de esta tierra, pero ahora ya no está, ni su hijo, ni tampoco el hijo de su hijo.
-Han pasado ya más de cien años -dijo Andreth,- desde que cruzamos las Montañas; y Bëor y Baran y Boron vivieron todos más de noventa años. Nuestro vida era más corta antes de encontrar esta tierra.
-Entonces, ¿estáis satisfechos aquí? -dijo Finrod.
-¿Satisfechos? -dijo Andreth. -Ningún corazón de Hombre está satisfecho. El tránsito y la muerte le es siempre penoso; pero un declive más lento proporciona cierto consuelo, y retira ligeramente la Sombra.


Para Altariel

Haldad tenía hijos mellizos: Haleth, su hija, y Haldar su hijo; y ambos eran valientes en la defensa, porque Haleth era mujer de gran fuerza y corazón. Pero por fin Haldad fue muerto en una salida contra los Orcos; y Haldar, que se precipitó para salvar a su padre de la carnicería, murió junto a él. Entonces Haleth mantuvo unido al pueblo, aunque no tenían esperanzas; y algunos se arrojaron a los ríos y se ahogaron. Pero siete días más tarde, cuando los Orcos se habían lanzado al último ataque y ya habían roto la empalizada, se oyó de súbito una música de trompetas, y el ejército de Caranthir llegó desde el norte y empujó a los Orcos hacia los ríos.
Entonces Caranthir miró con bondad a los Hombres; y ofreció compensar de algún modo las muertes del padre y del hermano de Haleth, y le rindió grandes honores. Y descubriendo demasiado tarde el valor con que contaban los Edain, le dijo: —Si queréis partir y marchar hacia el norte, allí tendréis la amistad y la protección de los Eldar, y tierras de las que podréis disponer con libertad.
Pero Haleth era orgullosa y no quería que se la guiara o se la gobernara, y la mayor parte de los Haladin eran de temple semejante. Por tanto agradeció a Caranthir, pero le dijo: —Estoy decidida, señor, a abandonar la sombra de las montañas e ir hacia el oeste, a donde han ido ya algunos de los nuestros— Así fue que cuando los Haladin hubieron reunido a todos los que quedaban con vida, y que habían huido a los bosques delante de los Orcos, juntaron lo que quedaba de sus pertenencias en las casas quemadas, y escogieron a Haleth como jefa; y ella los condujo por fin a Estolad y allí permanecieron por un tiempo.
Pero fueron un pueblo aparte, y desde entonces los Elfos y los Hombres lo conocieron como el Pueblo de Haleth.


Para Silmaril, creo que recordarás por qué ;)

Pero a Morgoth los Valar lo arrojaron por la Puerta de la Noche, más allá de los Muros del Mundo, al Vacío Intemporal; y sobre esos muros hay siempre una guardia, y Eärendil vigila desde los bastiones del cielo. No obstante, las mentiras que Melkor el poderoso y maldito, Morgoth Bauglir, el Poder del Terror y del Odio, sembró en el corazón de los Elfos y de los Hombres, son una semilla que no muere y no puede destruirse; y de vez en cuando germina de nuevo; y dará negro fruto aun hasta los últimos días.


Para Guerrera y mi compadre Thorongil, tiene que ser para ambos :)

Entonces Aragorn posó suavemente la mano en el retoño, y he aquí que parecía estar apenas hundido en la tierra, y lo levantó sin dañarlo, y lo llevó consigo a la ciudadela. Y el Árbol marchito fue arrancado de raíz, pero con reverencia; y no lo quemaron: lo llevaron a Rath Dinen, y allí lo depositaron, para que reposara en el silencio. Y Aragorn plantó el árbol nuevo en el patio al pie del Manantial, y pronto empezó a crecer, vigoroso y lozano, y cuando llegó el mes de junio estaba cubierto de flores.
—La señal ha llegado —dijo Aragorn, y el día ya no está lejos.
Y apostó centinelas en las murallas.
Era la víspera del Solsticio de Verano, y unos mensajeros llegaron desde Amon Din a la ciudad, anunciando que una espléndida cabalgata venía del norte, y se acercaba a los muros del Pelennor. Y el Rey dijo:
—Han llegado al fin. Que toda la ciudad se prepare.
Y esa misma noche, víspera del Día de Pleno Verano, cuando el cielo era azul como el zafiro y las estrellas blancas aparecían en el este, y el oeste era todavía dorado, y el aire fragante y fresco, los jinetes llegaron por el camino del norte a las Puertas de Minas Tirith. A la cabeza cabalgaban Elrohir y Elladan con un estandarte de plata; los seguían Glorfindel y Erestor y la gente de la casa de Rivendel, y detrás de ellos venían la Dama Galadriel y Celeborn, Señor de Lothlórien, montados en corceles blancos, con mantos grises, y gemas blancas en los cabellos; y por último el Señor Elrond, poderoso entre los elfos y los hombres, llevando el cetro de Annúminas, y junto a él, montada en un palafrén gris, cabalgaba la hija de Elrond, Arwen, Estrella de la Tarde de su pueblo.
Y Frodo al verla llegar resplandeciente a la luz del atardecer, con las estrellas en la frente y envuelta en una dulce fragancia, quedó maravillado, y le dijo a Gandalf:
—¡Al fin comprendo por qué hemos esperado! Esto es el fin. Ahora no sólo el día será bienamado, también la noche será bienaventurada y hermosa, y desaparecerán todos los temores.
Entonces el Rey les dio la bienvenida, y los huéspedes se apearon de los caballos, y Elrond dejó el cetro, y puso en la mano del Rey la mano de su hija, y así juntos se encaminaron a la Ciudad Alta, mientras en el cielo florecían las estrellas. Y en la Ciudad de los Reyes, en el día del solsticio de verano, Aragorn, Rey Elessar, desposó a Arwen Undómiel, y así culminó la historia de una larga espera y muchos trabajos.



Para Finduriel la hobbita feliz, el momento más hobbit ;)

-Y yo estoy seguro de que Gildor se hubiera negado a explicármelo -dijo Frodo, bruscamente ahora-. ¡Déjame en paz! No tengo ganas de responder a una sarta de preguntas mientras estoy comiendo. Quiero pensar.
-¡Cielos! -exclamó Pippin-. ¿Durante el desayuno?


Para Mirabella, otra hobbita feliz, un momento que se que le gustará ;)

—¡Que sea Beren quien hable! —exclamó Thingol—. ¿Qué quieres, desdichado mortal, y por qué motivo has abandonado tu tierra para entrar aquí, lo que está prohibido a tus iguales? ¿Puedes dar una razón por la que no deba imponerte un severo castigo por tu insolencia y tu locura?
Entonces Beren, levantando la cabeza, contempló los ojos de Lúthien y luego miró también a Melian; y le pareció que le ponían palabras en la boca. Perdió el miedo y recuperó el orgullo de la más antigua casa de los Hombres; y dijo: —Mi destino, oh rey, me condujo aquí, a través de peligros que aun pocos de entre los Elfos se atreverían a afrontar. Y he encontrado aquí lo que en verdad no buscaba, pero que ahora quiero tener para siempre. Porque está por encima de la plata y el oro, y ninguna joya se le iguala. Ni la roca, ni el acero, ni los ruegos de Morgoth, ni todos los poderes de los reinos de los Elfos me separarán del tesoro de mis deseos. Porque Lúthien, tu hija, es la más bella de todas las Criaturas del Mundo.
Entonces un grave silencio pesó en el recinto, porque los que allí se encontraban estaban asombrados y asustados, y creyeron que Beren sería muerto. Pero Thingol habló con lentitud diciendo: —Con esas palabras te has ganado la muerte; y la muerte encontrarías en seguida, si yo no hubiera hecho un juramento apresurado; de lo que estoy arrepentido, mortal de bajo nacimiento que has aprendido a arrastrarte secretamente como los espías y esclavos de Morgoth.
Entonces le respondió Beren: —La muerte podéis darme, la haya yo ganado o no; pero no soportaré que me llaméis de bajo nacimiento, ni espía, ni esclavo. Por el anillo de Felagund, que él mismo dio a Barahir, mi padre, en el campo de batalla del Norte, mi casa no se ha ganado epítetos tales de Elfo alguno, sea él rey o no.


Para Finduilas, la elfa traidorcilla, por esas veces orcas, traviesas y "bobitas" :P

Fue entonces cuando volvió Gandalf, pero nadie lo vio. Los trolls acababan de decidir que meterían a los enanos en el asador y se los comerían más tarde; había sido idea de Berto, y tras una larga discusión todos estuvieron de acuerdo.
No es buena idea asarlos ahora, nos llevaría toda la noche dijo una voz. Berto creyó que era la voz de Guille.
No empecemos de nuevo la discusión, Guille dijo el otro, o sí que nos llevaría toda la noche.
¿Quién está discutiendo? dijo Guille, creyendo que había sido Berto el que había hablado.
¡Tú! dijo Berto.
Eres un mentiroso dijo Guille, y así empezó otra vez la discusión. Por fin decidieron picarlos y cocerlos, así que trajeron una gran cacerola negra y sacaron los cuchillos.
¡No está bien cocerlos! No tenemos agua y hay todo un buen trecho hasta el pozo dijo una voz. Berto y Guille creyeron que era la de Tom.
¡Calla o nunca acabaremos! Y tú mismo traerás él agua si dices una palabra más.
¡Cállate tú! dijo Tom, quién creyó que era la voz de Guille. ¿Quién discute, sino tú?
Eres bobito dijo Guille.
¡Bobito tú! respondió Tom.
Y así comenzó otra vez toda la discusión, y continuó más enconada que nunca, hasta que por fin decidieron sentarse sobre los sacos uno a uno, aplastarlos y cocerlos más tarde.