miércoles, 29 de diciembre de 2010

Balance 2010

A falta de dos horas para ponerme a una limpieza general, sin sueño, y a falta de dos días para que termine el año ni creo que pase algo extraordinario digno de mención (toco madera) ni creo que encuentre mejor momento para hablar de este 2010 a punto de concluir.

Han pasado tantas cosas que han dejado huella, muchas de ellas tan importantes, que si tuviera que definirlo en una palabra sería trascendental, hasta tal punto que puede que no sea consciente de la totalidad de su dimensión hasta que pase un año o dos.

El año comenzó algo difícil, sin demasiadas esperanzas o expectativas, pero ya en nochevieja tuve la suerte de reencontrarme con un viejo amigo de hace largos años, Salvador, cuya amistad había quedado en stand by años atrás por cuestiones de cabezonería comunes a ambos dos, así que estando en un momento algo delicado, descreído y falto de ilusiones, la cosa no empezaba nada mal.

De cualquier manera, por una serie de motivos que en este párrafo no vienen al caso, los primeros meses del año iban pasando muy lentos y la sensación que me invadía es que el año pasaría sin pena ni gloria. Tampoco iban demasiado bien las cosas a nivel estudiantil, y eso obviamente no ayudaba demasiado.

En San Patricio sucedió algo muy parecido a Nochevieja, que fue reencontrarme con Eli, cuya amistad también se había perdido años atrás por circunstancias diferentes a las de Salvador, y a fé mía que fue uno de los motivos que reactivó el año, pues me animé a hacer otras cosas poco después, como irme con un grupo muy majo que se formó en nochevieja a una escapada el puente de Semana Santa que me vino de fábula para desconectar de las mil historias que me calentaban la cabeza meses atrás. Delia puede dar fé de lo ilusionado que me tenía el asunto :)

Y el caso es que después de Semana Santa empezaron a suceder grandes gestas muy inesperadas...mi Atlético de Madrid, que tantos disgustos y sinsabores me ha dado en la vida, y tan pocas alegrías me dio la primera desde 1996. Empezó a llegar lejos en la Europa League y reactivó la ilusión de una afición descreída y castigada largos años desde el descenso a segunda, la intervención judicial y las mil tropelías de la directiva. Y mi peña Atlética fue recobrando también la ilusión, y yo percibía feliz que podía cumplirse uno de mis sueños. Siempre había deseado ver ganar un título europeo al Atleti, pero mi afición a este club empezó en 1992 y no tenía amistades con quien compartirla, y mi peña se abrió justo después del doblete. En ella hice muchos amigos con los que pasé malos ratos y sufrí mucho, especialmente en el descenso, y por fin parecía que podía celebrar algo con ellos.
El sueño se hizo realidad, y fue mejor aún que lo soñado, porque además de celebrarlo con la gente de allí, las llamadas a Selerkala, Finduriel y Silmaril, colchoneras de pro, endulzaron mucho más un sueño inolvidable. La única pena fue que poco después no se repitiera en Copa del Rey, pero el año nos tenía guardada otra sorpresa más a finales de agosto.

Mientras tanto, en julio tuve la suerte de acudir a otro aniversario del smial de Pelargir, smial que no sabe hasta que punto le estoy agradecido y lo importantes que son, pues gracias a ellos no he desconectado de algo que me gusta demasiado que conocí merced a algo que amé y sigo amando con obstinada tenacidad.
Gocé de su compañía, de su hospitalidad, de su alegría, de su maravillosa amistad y comprensión, pues han sabido estar justo donde debían en momentos muy difíciles. Dadas las circunstancias, es un mérito muy loable porque no es fácil de conseguir, lo digo con conocimiento de causa.

El verano continuó caluroso e insoportable como pocos (por mucho que me digan, este ha sido más caluroso que ninguno ¬¬ xD) y a finales de agosto tuve la suerte de repetir el sueño con el Atleti, con mi peña, con mis Seler, Findur y Silma, cuando el equipo conquistó la Supercopa de Europa ante el Inter de Milán cuando pocos apostaban por ello.

Ya en septiembre me volví a reencontrar con la cruda realidad estudiantil, pero heme aquí que también me encuentro con la sorpresa que me permitió tras una convocatoria extraordinaria que desconocía, la oportunidad de poner punto y final a una carrera que se había alargado demasiados años. Demasiadas dificultades, demasiados disgustos...pero al cabo la única responsabilidad fue mía al no verme con las fuerzas suficientes para superarlos...pero felizmente lo conseguí, y con ello quitarme toneladas de telarañas de encima y abrir unas puertas enormes llenas de tantas y abrumadoras posibilidades que aún ahora me tienen algo desconcertado, pero con las ideas bastante claras...porque como bien dijo Frodo en la lectura que semanas antes hice en la EC, No pueden vencer enternamente.

Y si, ese fue otro gran momento del año...la Estelcon de Edhellond, la oportunidad de reencontrarme con viejos amigos...tantos que o no me cabrían o me dejaría alguno y no me gustaría, y también de hacer nuevos...ha sido genial conocer por fin al resto del smial de Tol Eressea o la sorpresa de Varda tras el rol en vivo, anda que no me lo paso bien chinchando a cierta Sacovilla entrometida por msn :P

Y llegados a este punto, a diciembre, no puedo olvidarme de Bardo y Marta con el cumple tan chachi que me brindaron (los suyos tampoco lo fueron menos, y ver con Bardo Machete no tuvo precio xD) concluyendo así un año bastante dulce a decir verdad.

Pero también hubo cosas malas en el año, no las nombraré pues la mayoría sabe cuales fueron y la magnitud de lo que trajeron consigo. Pero incluso ahora mismo hasta cierto punto soy capaz de ver cuestiones positivas...no solo porque de todo se aprende. Un hecho reciente como la mala noticia del fallecimiento en accidente de tráfico de mi excompañera de colegio Maribel me produjo un inesperado cambio de chip. Hay pocas más dolorosas que la muerte de un ser querido, ni cosas que hagan cambiar tanto a las personas, o más exactamente, cambiar la vida de estas, como la muerte en si. La muerte de mi querido abuelo me llevó a refugiarme en un libro de un señor llamado John Ronald Reuel Tolkien, y los lectores de este blog aquí presentes saben lo que ha influido en mi vida. La pérdida de Maribel aunque dolorosa e inesperada no es comparable, pero se trata de dolores reales, sin solución, que curiosamente ayudan a enfocar otras cosas de una forma diferente.
Si además de ello, gozas de buenos amigos con los que conversar de las cosas buenas de la vida, y en ocasiones de las malas(como ayer, con una persona que sabe muy bien quién es y de qué estoy hablando ;) ) consigues además que esas cosas además de verlas de una forma diferente puedas al fin comprenderlas, y lo que supusiera en el pasado dos largos años de preguntas sin respuesta, o más concretamente, sin respuesta completa, te llevan de forma inesperada a la paz, a la comprensión, e incluso al perdón.Y a no necesitar encontrar más respuestas.
Habrá heridas que no se curen nunca, el olvido para muchos (personalmente creo que para nadie de este mundo) no existirá, pero llegados a este punto, si puedo hablar de comprensión y perdón creo que el paso es importante, especialmente en lo relativo a mirar hacia adelante.

Porque personalmente, independientemente de euforias (la vida actualmente no está para ellas) pienso que lo mejor está por llegar, hay proyectos reales y realistas en mente, hay personas importantes con las que compartir sueños (se me olvidaba mencionar a seis letras, que también ha vuelto a mi vida, aunque no de la forma que me gustaría, pero igualmente me hace feliz)hay ilusiones, y hay sueños, que me hacen pensar en el futuro con una amplia sonrisa.

Ahora por lo pronto, apenas queda una hora para una limpieza a fondo, ordenar ¡por fin! la estantería de libros y deshacerme de las cintas vhs que me ocupan un sitio inútil y colocar en él los dvds para que la librería sea por fin una librería decente y no un coso raro con delirios de grandeza de grandes almacenes.
Y a seguir cotilleando ( :P ) mientras lo ordeno todo la barriada de Huelin con una sonrisa mientras pienso en el futuro con ilusión, que al fin y al cabo es lo que importa.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Becquer

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la humana ciencia no descubra
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

martes, 21 de diciembre de 2010

Historia de un soldado

Esta es la historia de un soldado que fracasó en su misión.

Atrás quedan los años en los que junto con su compañía acometió no pocas empresas victoriosas, en las que vio y gozó de muchas cosas, en las que conoció otros lugares y personas, en los que compartió y vivió sueños que nacían y crecían durante la larga marcha.

Es la historia de un soldado que tras dos años de heridas mejor o peor curadas, no menores en cantidad que las de sus hermanos, que aunque les moleste o de igual para él siguen siéndolo, lo único que desea es pasar página y no desangrarse por ellas.

Es la historia de un soldado que jamás cuestionaría el valor, el esfuerzo y el sacrificio de sus hermanos cuando lo tuvieron, y que ha tenido, y a buen seguro tendrá más reyertas con el estado mayor toda vez que este cuestione la legitimidad, el esfuerzo y las formas de cualquiera de los componentes de la compañía por mucho que la misión fracasara.

Es la historia de un soldado, que merced a eso último, no tolerará acusaciones de haber puesto en tela de juicio dichos esfuerzos, aunque entienda perfectamente que todo ello sea fruto de su irredenta torpeza, su irredenta falta de diplomacia, y de mucha de las heridas de sus hermanos de las cuales él es responsable, y que reconoce que su mayor mérito, y al mismo tiempo maldición, es la de ser como poco tan obstinado como su todavía y por siempre admirado capitán.

Y esta es la historia de un soldado, que tras estos dos años de heridas tiene nuevos hermanos, con los que compartir misiones, con los que andar caminos, con los que compartir sueños.

Y por eso esta entrada está dedicada a todos los hermanos, los antigüos, para darles las gracias por el camino andado, y lo que le aportaron en él, y sobre todo a los nuevos. Porque este soldado quiere seguir viviendo, seguir entusiasmándose con la vida, llenarla de vivencias y de sueños, y dar las gracias a los que decidieron quedarse con él, sabiendo cómo es el soldado, en lo bueno y en lo malo, porque los nuevos hermanos saben muy bien lo que hay.

De parte de este soldado, gracias a TODOS los hermanos, los mejores deseos posibles para todos ellos, supongan nuevas aventuras o supongan separación, y que la futura sangre derramada sea por sueños vivos, no por sueños muertos.

Elessar Telcontar, que sigue siendo un soldado.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El Principito

CAPÍTULO XXI
Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...

- ¿Quién eres? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- ¡Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- ¿Qué significa "domesticar"?

- No eres de aquí – dijo el zorro –, ¿qué buscas?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – ¿Qué significa "domesticar"?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto ! También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."

- ¿Crear lazos?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...

- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...

- ¡Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.

El zorro pareció muy intrigado:

- ¿En otro planeta?

- Sí.

- ¿Hay cazadores en aquel planeta?

- No.

- ¡Eso es interesante! ¿Y gallinas ?

- No.

- Nada es perfecto – suspiró el zorro.

Pero el zorro volvió a su idea:

- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá lejos, los campos de trigo? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Y eso es triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. ¡Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...

El zorro se calló y miró largamente al principito:

- Por favor... ¡domestícame! – dijo.

- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.

- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!

- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.

- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente el principito regresó.

- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.

- ¿Qué es un rito? – dijo el principito.

- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. ¡Entonces el jueves es un día maravilloso! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:

- ¡Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.

- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.

- Claro – dijo el zorro.

- ¡Pero vas a llorar! – dijo el principito.

- Claro – dijo el zorro.

- ¡Entonces no ganas nada!

- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.

Luego agregó:

- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.

El principito fue a ver nuevamente a las rosas:

- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.

Y las rosas estaban muy incómodas.

- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.

Y volvió con el zorro:

- Adiós – dijo...

- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.

- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.

- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...

- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.