miércoles, 12 de mayo de 2010

Poca inspiración a estas horas




Desde una final de copa en 1992 en el Bernabeu eres una de las cosas a las que más tiempo he dedicado desde entonces. De nada sirve que apele a la legión de seguidores que te respaldarán en Hamburgo, o a los buenos sentimientos de todos ellos, y de todos los amigos que comparten conmigo esta afición que tantas veces me ha matado y dado la vida al mismo tiempo.
Y de nada sirve tampoco que antes, durante y después del partido me acuerde de tantos seres queridos, especialmente mi abuelo, que no hizo ruido alguno y que tan discretamente llevaba su afición por ti cuando en esos tiempos apenas televisaban al Madrid y al Barça, y el me hablaba de jugadores, no de equipos, pero curiosamente solo se cabreaba contigo cuando la cagabas, o esbozaba una leve sonrisa cuando triunfabas.

Todo eso como digo, no sirve de nada. Lo único que importa es que mañana a estas horas estaré digiriendo una nueva derrota, o en una maravillosa nube celebrando una victoria en excelente compañía, cercana, los de mi peña, y lejana, aquellos que me llamen y a los que yo llame en pleno éxtasis etílico y eufórico.

Y como siempre tendré miedo al sufrimiento al que tan acostumbrados nos tienes...pero como siempre, y máxime a esta edad que tengo dificilmente va a cambiar mi cabezonería, y pase lo que pase apechugaré con lo que toque y jamás te perderé de vista.